martes, 1 de mayo de 2012

NECESIDAD DE LA LITERATURA, del maestro Lledó

En esta obra magnífica, recomendable, titulada Elogio de la infelicidad (¡ya el título invita a explorar el contenido!) Emilio Lledó concluye con una especie de manifiesto a favor de la literatura y, or extensión, de la filosofía, en una época alienada como la nuestra. A la espera de leerlo en clase de 1º de Bachillerato (en el espacio semanal "LOS VIERNES, LECTURA") incluyo el primer párrafo para que todos disfrutéis del mismo:

Si nos acostumbramos a ser inconformistas con las palabras, acabaremos siendo inconformistas con los hechos. Ambas actitudes son, sin embargo, formas de libertad. Y la libertad no admite conformismo alguno. Vivir, para los humanos, sobre todo en nuestros tiempos, ha sido siempre una sucesión de conformidades, de aceptaciones y sumisiones. Aceptamos el lenguaje; aceptamos, con él, sentidos, referencias y todo ese monótono universo de ecos que los medios de transmisión de imágenes, sonidos y letras codifican y propagan. Esta abundancia de comunicaciones ofrece, sin duda, una extraordinaria posibilidad de enriquecimiento, de amplitud y libertad; pero también, por los intereses políticos que las dominan y orientan, pueden hacer que la inteligencia resbale por significaciones y perspectivas, para embotarse y enajenarse. Porque los cauces por los que confluyen las imágenes y las palabras nos conforman a sus semejanzas -a las determinadas semejanzas que nos agobian- y nos hacen conformistas. Ser conformista supongo que debe querer decir algo así como conformarse con lo que hay e, incluso, aceptar que "no hay quien dé más". Pero conformarse añade también otro matiz. Conformarse es perder, en parte, la forma propia, para sumirse, liquidarse, en la ajena. Y esa pérdida de la propia forma, si es que la tenemos, si es que, como decía el filósofo, "hemos llegado a construir nuestra propia estatua", es pérdida de ser, pérdida de la sustancia que nos pertenece o nos debiera pertenecer, para derramarla hacia cauces ajenos. 

Emilio Lledó, Elogio de la infelicidad,  Madrid, 2006,
Cuatro Ediciones, pág. 155

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